La Ruta de la Seda, leyenda oriental

| Javier Gómez

ruta-de-la-seda

¿Leyendas o Historia? La Ruta de la Seda evoca antiguos cuentos, historias de reinos orientales desconocidos para nosotros; regiones inexploradas por los occidentales y caminos llenos de peligros y aventuras. Samarkanda, Kashgar, Constantinopla, Antioquía o Bagdad se asociaban al misterio, a la magia de Oriente, a lo desconocido. A sus nombres se asociaban leyendas que los antiguos juglares llevaban de pueblo en pueblo y que convertían a la Ruta de la Seda en una senda más misteriosa de lo que realmente era.

Sí, porque a su origen se le asocian historias de lo más variadas siempre relacionadas con uno de los tesoros más preciados de aquellos tiempos convulsos: la sed. Su secreto estaba oculto tras las murallas del palacio imperial en China. Allí, la emperatriz Lei Tsú paseaba por palacio cuando vio un capullo recién tejido por una oruga. Al intentar desenmarañarlo se dio cuenta de que era más resistente que todos los exóticos tejidos que allí se trabajaban y solo con agua caliente consiguió obtener el preciado material. En su honor por tan magnífico descubrimiento se dedicó la constelación de Escorpión, a la que en China se conoce como la constelación de Lei Tsú.

La Historia real cuenta sin embargo que aquel gran secreto imperial, el que propocionaba riqueza única a China fue desvelado a Japón por una princesa de la Corte quien por su desliz fue acusada de alta traición. Para sacar el secreto del país, dos monjes introdujeron la seda en sendas cañas de bambú y tomaron caminos poco transitados que los llevaran desde la China hasta Bizancio y hacer llegar semejante tesoro al emperador Justiniano. Aquel camino mítico se convertiría en una ruta comercial famosa por la que circulaba productos de Oriente a Occidente y viceversa además de centro y cruce de caminos cultural y religioso.

No hay constancia de cuáles fueron los primeros comerciantes que siguieron aquella ruta, pero se considera a Zhang Quian su fundador allá por el año 138 a.C. cuando recorrió aquel camino describiendo para sus relatos las costumbres y tradiciones de cuantos reinos iba encontrándose. Quian, enviado del emperador Han Wudi, fue capturado por los xiongnu (predecesores de los hunos) y retenido durante diez años. Cuando consiguió escapar se dedicó a tomar buena nota de toda Asia Central para así informar a su antiguo emperador. Dicha información fue la fuente principal de las posteriores rutas comerciales y culturales que se cultivaron por toda Asia.

Aunque el término de «Ruta de la Seda» lo ideó Ferdinand Von Richtofen en el año 1877, fue Thomas O. Höllman quien clasificó la ruta en nueve sectores: el Valle del Wei, el Corredor del Hexe, el Desierto de Gobi, el Takla Maklan, las montañas del Nudo de Pamir, la depresión turiana, el altiplano iraní, Mesopotamia y el desierto de Siria.

UN POCO DE TURISMO

Samarkanda es, probablemente, el referente turístico de esta Ruta de la Seda, una ciudad que se alza impresionante en una vasta llanura calurosa. Desde Afrasiab, en una colina que hay en la zona norte de Uzbekistán, creció esta ciudad mítica desde donde Tamerlán, fundador del Imperio timúrida, extendió su fama. Allí, en Samarkanda, se encuentran los mausóleos que acogen al poderoso emperador y sus descendientes.

La plaza de Reguistán y la puerta de entrada a la ciudad tallada en madera y marfil son sus más emblemáticos símbolos. Allí en la plaza se encuentra el Mausoleo de Gur-Emir donde se encuentra la tumba de Tamerlán y el Mausoleo de Kusarn ibn-Abbas, el más antiguo de todos los monumentos del lugar.

samarkanda-plaza-reguistan

Más tarde, y tras quedar abandonada, parte de Samarkanda se reconstruyó levántandose en el siglo XVII la madrassa de Shir-dor y la nedersa de Tilia Kari. Animado y especial es el ambiente que se forma en torno al Gran Bazar por las noches o en la Mezquita de Bibi Janim, la esposa de Tamerlán.

Pero el corazón de Samarkanda, el histórico, el de las leyendas, siempre será su plaza central. Verla iluminada en la noche nos transportará a los cuentos de las mil y una noche, a las historias orientales que tanto nos abstrayeron de pequeño…

 

Print Friendly, PDF & Email

Category: Turismo e Historia en Asia




Comments are closed.