Globe Theatre, Shakespeare en Londres

| Javier Gómez

Globe Theatre Londres

¡Cuánta Historia, cultura y arte alberga en sus calles una ciudad como Londres! Allá donde mires puedes respirar su pasado histórico de la Londres romana, de aquella Londinium habitada ya en el siglo III por 50.000 almas y de la que se conservan vestigios en ruinas, como los cimientos del templo de Mitra enclavados bajo Queen Victoria Street, o como la porción de la antigua muralla que puede verse en el Museo de Londres. Del mismo modo, el Londres medieval se puede descubrir paseando junto al Támesis, a través de sus puentes, del que el London Bridge muestra orgulloso su aval de primer puente sobre el río, levantado en el 1209, o como no, revivirla en la Torre de Londres empezada a construir en el año 1078 o en la Abadía de Westminster, del año 1065. Desgraciadamente poco se pudo conservar de una ciudad que ardió en el Gran Incendio de 1.666.

Del Londres de la Restauración, del que se levantó tras el Gran Incendio, podemos admirar la Catedral de San Pablo, su mayor exponente; del georgiano buena parte del trazado del West End, y del Londres victoriano, el Royal Albert Hall o los Museos de Kensington.

Sin embargo, quiero detenerme en el Londres isabelino, el del siglo XVI, el de la dorada época de una monarquía que alcanzó su máximo esplendor gracias al poder de sus magnificados Reyes. Enrique VIII e Isabel I dieron tal impulso al país que hoy aquella época es una de las más representativas, históricamente hablando, de Gran Bretaña. Tampoco pudo salvarse mucho de entonces por aquel fatídico año de 1.666, pero sin embargo, las muestras de la grandeza cultural de aquella época aún hoy pueden verse, aunque reconstruidas, en algunos de sus teatros y museos.

Guardo de mi reciente visita a Londres un magnífico recuerdo del Globe Theatre donde las mejores obras de William Shakespeare se han venido inmortilizando a lo largo de los años.

El original se levantó en el año 1599 para su compañía de teatro, «Chamberlain’s Men» y en poco tiempo se convirtió en un teatro de gran éxito. Curiosamente, el teatro original se localizaba en el extrarradio de la ciudad, fuera de sus murallas y al otro lado del río, en la orilla contraria al centro de la ciudad. Situado en Bankside, su localización se encontraba a no más de 500 metros de donde hoy se alza la London Eye.

El Globe era el perfecto ejemplo del teatro isabelino, en madera mayormente y descubierto en buena medida, lo que permitía una mayor interacción con los asistentes. Dispuesto en galerías en torno al escenario, en ella se colocaba la gente adinerada, mientras que los más pudientes estaban en palcos practicamente integrados sobre el escenario. Era en el patio, de pie, justo frente al escenario, donde si situaban las clases más bajas, los conocidos como «apestosos de perra gorda».

Desgraciadamente, en una representación, la paja del tejado del Globe se prendió, y el teatro ardió completamente quedando en ruinas. Corría el año 1613. Hubo de reconstruirse sobre las cenizas del anterior, pero una vez más el local clausuró, esta vez en el año 1642 y por motivos muy distintos: el puritanismo que se extendió por territorio británico se cebó en los teatros, y a través de la llamada Adminstración Puritana, el Globe acabaría cerrándose por imperativo.

Finalmente, y sin uso, en el año 1644 lo demolieron.

Más de 300 años después, cuando el cine americano se había convertido en la meca de las estrellas, en ese nuevo arte que extasiaba a medio mundo, uno de sus actores, Sam Wanamaker, director y productor, por ende, viajó a Londres para recordar los pasos del más famoso dramaturgo. Sin embargo, una vez allí, lo único que pudo encontrar de lo que debería considerarse como la Meca de los actores de teatro fue una placa recordatoria que había en una vieja pared de una fábrica de cerveza que se alzaba en el antiguo solar del Globe.

Wanamaker decidió que aquéllo no era digno del más grande de los autores ingleses de modo que creó un fideicomiso con la intención de restaurar la memoria de Shakespeare a través de sus obras. Aquel año de 1949 se comenzaba la ingente obra de reconstruir el teatro desde sus cimientos en un solar apenas 100 metro más allá de donde estaba el original, así como de construir un centro cultural y de exposiciones.

Por desgracia, Wanamaker no pudo ver finalizada su obra pues murió apenas 3 años antes de su inauguración, en el año 1997.

Globe Theatre Londres 2

UN POCO DE TURISMO POR EL GLOBE

Os recomiendo que, para visitarlo, hagáis el tour. Suele haber bastante gente viéndolo a los que se suman los estudiantes y colegios que allí asisten. Sin embargo, merece la pena entrar y sentarse en uno de aquellos palcos. Si además, podéis ver una representación, con su perfecta acústica, sin duda, viviréis una de las experiencias más gratificantes. Allí trabaja de forma habitual, desde mayo a octubre, la actual compañía de teatro del Globe, representando las obras de Shakespeare no sólo al estilo clásico, sino en versiones mucho más modernas. Casi un cuarto de millón de visitantes anuales tiene el teatro, en el que caben hasta 1.600 personas.

No, este Globe no es el original, pero es la más fiel representación de aquel viejo teatro que un día maravillara a la sociedad londinense del siglo XVII.

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Category: Turismo e Historia en Europa




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