Sarajevo: donde un atentado cambió la Historia
Hay ciudades que la Historia ha dejado marcadas en sangre. Sarajevo, desgraciadamente, quedará para siempre en el recuerdo por un atentado que cambió el devenir de la Historia en Europa. Allí, el 28 de junio del año 1914, el archiduque Francisco Fernando de Austria, heredero de la corona austrohúngara, junto con su esposa Sofía Chotek, caían abatidos en un atentado por los tiros del nacionalista Gavrilo Princip, perteneciente a la organización La Mano Negra, entidad secreta defensora de los derechos eslavos e íntimamente ligada al gobierno de Serbia. Con el asesinato del heredero Austria tuvo la excusa perfecta para inculpar de ello a Serbia y declararle así la guerra tras plantearle diez exigencias prácticamente imposibles de cumplir.
El mapa europeo se dibujaba por una red de alianzas internacionales con Rusia y Alemania como actores más fuertes. Por un lado, Alemania estaba unida al Imperio Austro Húngaro mientras Rusia, enemiga acérrima de los austríacos, defendía a Serbia con la complicidad de Francia quien había prometido apoyo a los rusos en caso de contienda. Por su parte, Inglaterra tenía un acuerdo con Francia de mutua defensa de sus intereses. Europa era pues un tablero de ajedrez con múltiples intereses, o como un castillo de naipes donde su carta más débil, Serbia, estaba a punto de caer.
En el siglo XX el Imperio Otomano, tan temido años atrás, estaba en franca decadencia hasta el punto que la península balcánica era un hervidero de intrigas y luchas. En el año 1903 la dinastía Obrenovic fue derrocada por un golpe de estado en Belgrado. Sus sustitutos pretendían la expansión y dominio de Serbia sobre todo el territorio de modo que Austria se aprestó a expandirse hacia el Mar Negro. Cinco años más tardes Austría-Hungría se anexionó Bosnia-Herzegovina, mientras Serbia, con el apoyo ruso, creaba la Liga Balcánica con Grecia, Bulgaria y Montenegro. Éstos acabarían por enfrentarse en el año 1912 a los turcos que quedaron aislados en Adrianápolis. La Liga se hacía así con el control de la península hasta que en la Segunda Guerra de los Balcanes acabaron por enfrentarse entre ellos ansiosos por hacerse con el mayor botín posible. El resultado sería la creación de un gran estado Serbio con mucho mayor territorio y población. Aún así, ambicionando la mayoría eslava frente al dominio austríaco, secretamente, se creó la sociedad de La Mano Negra, facción extremista que fue entrenada por el propio ejército serbio, y que acabaría siendo ejecutora del luctuoso atentado que costó la vida al heredero austríaco.
Curiosamente, el atentado, que contó con hasta 6 miembros, estaba mal organizado. Tanto es así, que hasta dos intentos anteriores al definitivo se hicieron, pero ambos fracasaron rotundamente. El 28 de junio de 1914, coincidiendo con el Vidovan, una festividad religiosa de gran importancia para los serbios ortodoxos, el príncipe decidió marchar a Sarajevo. En la comitiva real circulaban hasta seis vehículos que marcharon por las calles bosnias en dirección al ayuntamiento. Un primer intento falló al no encontrar el francotirador la claridad suficiente para su disparo; el segundo intento fue un lanzamiento de un cartucho de dinamita que el propio archiduque capturó con sus manos, lanzándolo lejos de su vehículo con la mala fortuna que destrozó el coche posterior e hirió a sus ocupantes así como a muchos espectadores. Entre el caos, el coche real escapó por lo que decidieron dar por cancelado el atentado. Gavrilo Princip, el sexto miembro, se encontraba en la confitería Schwepperl, cuando vio aparecer el coche del archiduque, el cual habían desviado de su trayectoria inicial en un par de ocasiones. Princip decidió aprovecha la ocasión y junto al Puente Latino, posteriormente denominado Puente Princip, sacó su pistola y disparó en dos ocasiones hiriendo en el abdomen a Sofía Chotek y en el cuello al Archiduque. El fallecimiento de ambos se produciría poco después.
A pesar de que todos los terroristas fueron apresados (intentaron tomar cianuro, pero al parecer estaba caducado y no les provocó sino vómitos), ninguno de ellos inculpó al gobierno de Serbia, lo que no fue óbice para que Austria les lanzara un ultimátum que constaba de diez puntos, entre otros…
- Serbia tenía que suprimir los periódicos de corte liberal desde los que se atacaba al Imperio
- Habrían de desmantelar a La Mano Negra
- Tomar medidas contundentes contra la propaganda antiimperialista
- Purgar el cuerpo de funcionarios públicos, despidiendo a los nacionalistas eslavos, aunque serían los austríacos quienes darían los nombres
- La aceptación de la ayuda de Austria para aplastar a los subversivos
- Dejar tomar parte a Austria en la investigación judicial contra los terroristas
- Detención de todos los conspiradores
- Prohibir la entrada de armas en Austria-Hungría
Aún cuando todos los puntos fueron formalmente aceptados por Serbia, el sexto punto, la autorización para dejar entrar en Serbia a policías y militares austríacos que ayudaran en la investigación y tomaran el mando de la misma, suponía ya en sí casi una declaración de guerra. Este punto hizo inviable la paz y finalmente, Austría, la nación más beligerante de cuantas componían el mapa político europeo, declaró la guerra a Serbia el 28 de julio de 1914.
Rusia movilizó sus tropas hacia la frontera austrohúngara, y poco después, el 1 de agosto de aquel mismo año, Alemania le declararía la guerra a Rusia. Ese mismo día, y en virtud de la alianza franco rusa, Francia se la declaró a Alemania, mientras Gran Bretaña entró en la guerra días después en defensa de los franceses y con el detonante de la invasión alemana de Bélgica.
Comenzaba así la Primera Guerra Mundial, la Gran Guerra.
UN POCO DE TURISMO POR SARAJEVO
Marcada por tan luctuoso hecho histórico, Sarajevo, la capital bosnia, ha sabido salir adelante con su carácter eslavo por bandera, bulliciosos y alegres. Una ciudad repleta de grandes terrazas que vive del frescor del río Miljacka que lo atraviesa, donde hoy día, se unen las culturas y religiosas para formalizar y dar fé del nombre con el que se la conoce: la Jerusalén de los Balcanes. Minaretes, cúpulas e iglesias testifican la religiosidad de esta gran capital.
La mezquita de Gazi Husrev Beg es la principal visita de la ciudad así como la de Ali Pasha o la Catedral del Sagrado Corazón, magnífico edificio neogótico construido en el siglo XIX. De entre las hebreas destaca la Sinagoga Azkenazí, y la de la Santa Madre entre las ortodoxas.
Pero si hemos de centrarnos en el apartado histórico que nos ocupa, la visita obligada es la del Puente Latino frente al que se produjo el atentado y donde hoy se encuentra una placa conmemorativa de aquel hecho.
Foto vía: Baumi
Category: Turismo e Historia en Europa