El relicario de los Reyes Magos: la catedral de Colonia

| Javier Gómez

Mosaico de san Apolinar

Oro, incienso y mirra. Nuestra Navidad culmina el 6 de enero cuando los reyes Magos de Oriente, Melchor, Gaspar y Baltasar, visitan cada uno de nuestros hogares para dejar a los niños sus regalos, oro, incienso y mirra en forma de juguetes. Es un día de alegría, de esperanza y sobre todo, de agradecimiento. Pero, ¿cuál es la verdadera historia de estos «Reyes Magos»?

Nacido Jesús en Belén de Judá en tiempos del rey Herodes, unos Magos llegaron de Oriente a Jerusalén preguntando:

– ¿Dónde está el Rey de los Judíos que ha nacido? Pues vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a adorarle…

-… En Belén de Judá, le dijeron, pues así está escrito por medio del Profeta…

… Y entrando en la casa, vieron al niño con María, su madre, y postrándose le adoraron; luego, abrieron sus cofres y le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.”

( Evangelio de San Mateo, 2:1-12)

Fue efectivamente el apóstol San Mateo quien nos habló de unos Magos llegados de Oriente que, siguiendo una estrella, fueron a adorar al Niño Jesús para ofrecerle sus presentes. Sin embargo, y aunque esta historia fue escrita hacia el año 70 d.C. en arameo y traducida posteriormente al griego, originariamente no aparecían muchos de los elementos característicos que hoy conocemos. Aún cuando eran considerados Magos no por ello habían de estar unidos a ciencias mágicas, pues por aquel entonces eran considerados «magos» todos los hombres sabios. Tampoco constaba en el texto original que fueran Reyes ni mucho menos que fueran tres.

Todo ello fueron añadidos que se fueron haciendo en posteriores traducciones, sobre todo al latín y griego; traducciones como la de san Jerónimo en el siglo IV, la divulgada por el Papa León I o la más tardía y considerada definitiva del monje carmelita Juna de Hildesheim en el siglo XIV.

Cuenta aquella historia que en su camino de ida a Belén fueron llamados a palacio por el Rey Herodes, quien deseoso de averiguar el paradero del que se prometía como «Rey de los Judíos», instó a los Magos a que su regreso volvieran por el mismo camino para darle en persona al Rey las buenas nuevas de su nacimiento.

Sospechando el ardid de Herodes, finalmente, los Magos hicieron su vuelta por un camino diferente, escapando así de las trasmpas de Herodes.

Según la versión más seguida, Melchiar, Melkon o Melchor (como lo conocemos nosotros) era Rey de Nubia y Arabia; Jaspar o Gaspar lo era de Tharsis y Egriseula, mientras que Balthasar o Baltasar lo era de Godolia y Saba. Cuenta la leyenda que tardaron casi trece años en volver y que la Estrella de Oriente no se les volvió a aparecer sino para anunciarles el fin de sus días en la Tierra, hecho que ocurrió casi al mismo tiempo pues Melchor murió con la edad de 116 años, Gaspar lo hizo cinco días después con 112 años y Baltasar a los 109 años cuando habían pasado sólo seis días de la desaparición de Gaspar.

Los tres Magos fueron enterrados juntos y sus restos traídos desde Oriente hasta Milán en el siglo IV cuando el emperador Constantino regaló por sus buenas obras las reliquias e San Eustorgio. Allí, en Milán, se conservaron en la iglesia de San Eustorgio durante casi 700 años hasta que el emperador del Sacro Imperio Germánico, Federico Barbarroja De allí fueron enviadas por se las envió al arzobispo de Colonia, Reinaldo de Dassel, el 1 de junio del año 1.164.

La llegada de las reliquias a la ciudad alemana, una de las más importantes por aquel entonces de Europa, provocó una ola de fé cristiana que derivó en multitudinarias peregrinaciones y Colonia acabó por ser, junto con Jerusalén, la única ciudad considerada «sagrada» desde entonces.

Relicario de los Reyes Magos

UN POCO DE TURISMO POR LA CATEDRAL DE COLONIA

Pocos años después de la llegada de los rstos de los Magos a la ciudad, comenzó a construirse un rico y bellísimo relicario. Fue Nicolás de Verdún quien en el año 1.180 comenzó a elaborar tan magnífico trabajo de orfebrería con representaciones y esculturas en oro de los apóstoles y de distintas escenas de la vida de Jesucristo. En el año 1199 el emperador Otón IV regaló tres coronas también de oro, una para cada Rey Mago, símbolo que aún hoy día, continúa apareciendo en el escudo de la ciudad de Colonia.

Tal fue la importancia de este centro de peregrinación que finalmente se optó por construir una magnífica catedral que albergara los restos de los Magos de Oriente.

La corriente gótica que recorría Europa por aquel entonces, representada en las Iglesias de Saint Denis primeramente, y en las catedrales de Chartres y Amiens derivaron en la construcción de la que está considerada como una de las más bellas catedral góticas de Europa además de la más representativa de semejante estilo arquitectónico.

La catedral de Colonia comenzó a construirse en el año 1264 bajo la supervisión del maestro de obras Gerard de Ryel. desgraciadamente no pudo ver terminada su obra pues una caída desde un andamio provocó su fallecimiento. La velocidad con la que se llevó a cabo su construcción, las maravillas que atesoraba y los avances técnicos que representaban para la época, llevaron a considerar popularmente su trabajo como demoníaco; tanto fue así que su accidente se consideró obra divina y desde entonces la construcción de la catedral que había quedado a medias fue parada años después.

No fue sino hasta el año 1842, bajo el gobierno de Federico Guillermo IV de Prusia cuando volvieron a destinarse fondo para su rehabilitación siendo acabada en el año 1880.

Para entonces la Catedral de Colonia se convirtió no sólo en la iglesia más alta del cristianismo con sus 157 metros sino en el edificio más alto del mundo en aquella época.

El Relicario de los Reyes Magos se asemeja a una Basílica, elaborada en oro y con piedras preciosas incrustadas con tres sarcófagos en su interior.

INFORMACION PRACTICA DE LA CATEDRAL DE COLONIA

  • Dirección: plaza de la Catedral, 3 – Colonia
  • Horarios de apertura:
    • Noviembre a Abril: de 6 a 19,30 h.
    • Mayo a Octubre: de 6 a 21 h.
  • Precios:
    • Entrada gratis para visitar la catedral
    • Para subir a la Torre (entre 9 y 16-17 h.):
      • Adultos 3 euros
      • Estudiantes: 1,5 euros
    • Para visitar el relicario
      • Adultos: 5 euros
      • Estudiantes: 2,5 euros
Print Friendly, PDF & Email

Tags: ,

Category: Monumentos, Turismo e Historia en Europa




Comments are closed.