La Plaza de la Ciudad Vieja en Praga: Jan Hus y los husitas

| Javier Gómez

Jan Hus en la hoguera

Considerado como un héroe nacional en la República Checa, Jan Hus es uno de tantos mártires que cayeron por defender sus ideas ante la Iglesia rebelando y denunciando las barbaries que cometía aquélla en nombre de la fe en una época convulsa, regida más por el poder político y económico que por las propias creencias cristianas.

Sus palabras, momentos antes de dirigirse a la hoguera fueron un ejemplo de lo que marcó su vida: «En la verdad del Evangelio, hoy moriré con alegría». Palabras que utilizó para no retractarse cuando, impelido por la Iglesia, era obligado a desdecirse de sus palabras.

Y es que Jan Hus podría considerarse como el antecesor de Lutero, por sus argumentos y palabras, aún cuando faltara todavía casi un siglo para que la Historia de la Iglesia diera un importante cambio por causas de la Reforma de Martín Lutero.

Jan Hus había nacido en el año 1369 en Husinetz, estudió en Praga y lo ordenaron sacerdote en el año 1400. Influenciado por los escritos del reformador inglés John Wycliffe, Jan Hus, desde su estatus de profesor en la Universidad de Praga, por aquel entonces perteneciente a Bohemia, se dedicó a criticar los excesos que cometía el clero, atacó la venta de indulgencias (que tanto atacó también Lutero años después), e incluso defendió las costumbres y tradiciones checas, y entre ellas, el idioma local. Eso hizo que Jan Hus se volviera cada vez más popular entre sus compatriotas.

Hubo varios episodios que poco a poco lo hicieron ver como «peligroso» para el clero, sobre todo tras la quema de los libros de Wycliff, su mentor. Su apelación al Papa intercediendo por el inglés y saltándose toda la escala clerical le enemistó con el Arzobispo de Praga, quien le castigó con la interdición. Tres de sus seguidores, además, fueron decapitados, y Hus los hizo enterrar como mártires. Tras eso hubo de huir de la ciudad.

Bajo engaño, pues el emperador del Sacro Imperio Germánico, Segismundo de Luxemburgo,  le prometió un salvoconducto, fue convocado al Concilio de Constanza para defender sus ideas ante la Iglesia allí reunida. Nada más entrar en la ciudad, en noviembre del año 1414, sin embargo, fue arrestado y posteriormente juzgado en junio de 1415.

No le permitieron defensa. Sólo cabía retractarse de sus ideas y argumentos, pero Hus se negó. El juicio fue rápido: fue condenado por herejía y quemado en la hoguera el 6 de julio de 1415.

Su muerte, sin embargo, propició la formación de un grupo de seguidores de sus ponencias, los husitas, quienes se rebelaron violentamente en el año 1419 cuando Segismundo, el mismo que había traicionado a Jan Hus, heredó la Corona del Reino de Bohemia. Encabezados por Ziska, un gentilhombre bohemio, los husitas entraron en Praga, y en el Consistorio tomaron a los Senadores y los arrojaron por las ventanas. Aunque fueron sitiados en Tabor, después salieron victoriosos en Husinetz, la tierra natal de Hus, y finalmente, Ziska, quedó como Rey de Bohemia tras derrotar a las tropas imperiales. Sin embargo, la cruzada contra los husitas por parte de la Iglesia continuó.

Entre 1420 y 1421 las tropas papales de Martín V intentaron derrotarlos, sin embargo, ya era demiasiado tarde, y Juan Ziska de Trocnow se convirtió en el mejor legado de Jan Hus.

UN POCO DE TURISMO POR PRAGA

Praga es, sin duda, una de las ciudades más bellas que he tenido la oportunidad de visitar. Nostálgico, tranquila y misteriosa, es el puente de Carlos su arteria principal pues se encuentra situado entre la Ciudad Vieja (la zona de Stare Mesto) con la de Malá Straná que lleva hasta el castillo y la catedral de Wenceslao.

Sin embargo, hoy quiero llevaros hasta su plaza vieja, allí donde se alza la estatua monumental conmemorativa de Jan Hus.

Monumento a Jan Hus

El conjunto monumental fue diseñado por Ladislav Saloun y, aunque comenzó a construirse en el año 1903 no fue hasta el 6 de julio del año 1915 que no se inaugurara, haciéndolo coincidir así con los 500 años de la desaparición del reformista checo. En la posición central se encuentra, obviamente, Jan Hus, y a su alrededor algunos seguidores husitas, y a sus pies, el pueblo checo representando la huida que tuvieron que protagonizar del país en el año 1620 cuando los protestantes fueron derrotados por los católicos.

Es esta Plaza de la Ciudad Vieja una plaza bellísima y monumental. Frente al monumento de Jan Hus (precisamente la figura la pusieron mirando hacia ella) está la Iglesia de Nuestra Señora de Tyn, bellísima, cuyas cúpulas son signo distintivo de Praga, y que en su día fuera la principal iglesia husita de Bohemia. A la espalda del monumento está el Ayuntamiento con su espléndida torre y su famoso reloj astronómico en el que ya es un espectáculo turístico ver a sus figuras salir a tocar las horas.

A un lado de la plaza, donde se encuentran las terrazas de algunos bares y restaurantes, hay una hilera de casas cuya fachada están bellísimamente decoradas, mientras que justo al lado contrario se encuentra la Iglesia de San Miguel.

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Category: Turismo e Historia en Europa




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